Los juegos de la playa
Una juventud huía alegre hacia los campos de gracia.
Inútil hubiera sido corresponder a esa hermosura sin intentar esa lascivia con un agua encendida en
las paredes del alma,
con una veloz carrera de soldado hacia las márgenes del mar.
Y un envilecimiento radiante del deseo.
Arte poética
No podríamos sostenernos con esta piel y este polvo gemebundo, guitarrera de grandes desgracias. Sólo no hay trampa para la orden de hacer fuego hasta que todo arda.
Los puentes están artillados y sólo cruzan caballeros blancos vestidos con el aire de un muerto
que posee la victoria final.
Totalmente entorpecidos por la belleza de su sangre.
Los viajes reales
Sólo los amores podían reclinarme sobre su propio arpegio real de inocencia y de incendio.
Los fuegos de las graciosas trístisimas cuyo rostro se enciende y se apaga a la entrada de los túneles con puertas de manzano.
Rieles borrados
Uno de esos grandes trenes cargueros abrazados por las lonas, vomitando un celeste desequilibrio.
Un tren que se sepulta cuando ama los terrosos países, corre por las orillas del invierno en verano.
Esta jaula de gritos que arde y se entierra en las colinas con su propio valor de viajero cautivado
por la vida, y sobre todo, arrasa con nosotros: arrollado en su espalda con sus gritos
tristísimos.
Francisco Madariaga
CRIOLLO DEL UNIVERSO y otros poemas
Centro Editor de América Latina
Imagen: Luis Debairosmouras
Francisco Madariaga, (1927-2000).
Acceso al blog del poeta: http://franciscomadariaga.blogspot.com.ar/