"Día del perdón y otros poemas" de Diana Bellessi


He construido un jardín 


He construido un jardín como quien hace
los gestos correctos en el lugar errado.
Errado, no de error, sino de lugar otro,
como hablar con el reflejo del espejo
y no con quien se mira en él.

He construido un jardín
para dialogar
allí, codo a codo con la belleza, con la siempre
muda pero activa muerte trabajando el corazón.
Deja el equipaje repetía, ahora que tu cuerpo
atisba las dos orillas, no hay nada, más
que los gestos precisos -dejarse ir- para cuidarlo
y ser, el jardín.

Atesora lo que pierdes, decía, esta muerte
hablando en perfecto y distanciado castellano.
Lo que pierdes, mientras tienes, es la sola compañía
que te allega, a la orilla lejana de la muerte,

Ahora la lengua puede desatarse para hablar.
Ella que nunca pudo el escalpelo del horror
provista de herramientas para hacer, maravilloso
de ominoso. Sólo digerible al ojo del terror
si la belleza la sostiene. Mira el agujero
ciego: los gestos precisos y amorosos sin reflejo
en el espejo frente al cual, la operatoria carece
de sentido.
Tener un jardín, es dejarse tener por él y su
eterno movimiento de partida. Flores, semillas y
plantas mueren para siempre o se renuevan. Hay
poda y hay momentos, en el ocaso dulce de una
tarde de verano, para verlo excediéndose de sí,
mientras la sombra de su caída anuncia
en el macizo fulgor de marzo, o en el dormir
sin sueño del sujeto cuando muere, mientras
la especie que lo contiene no cesa de forjarse.
El jardín exige, a su jardinera verlo morir.
Demanda su mano que recorte y modifique
la tierra desnuda, dada vuelta en los canteros
bajo la noche helada. El jardín mata
y pide ser muerto para ser jardín. Pero hacer
gestos correctos en el lugar errado,
disuelve la ecuación, descubre el páramo.
Amor reclamado en diferencia como
cielo azul oscuro contra la pena. Gota
regia de la tormenta en cuyo abrazo llegas
a la orilla más lejana. I wish you
were here, amor, pero sos, jardinera y no
jardín. Desenterraste mi corazón de tu cantero.


Día del perdón


De todas las cosas que me han pasado en esta vida
son las inocentes las que recuerdo con hondura
y más mientras los años a disparada como potros
en una estela de polvo también pasan y pasan,
pero el vicio nunca acaba de andar así ensuciando
esa claridad solita que viene por encanto
y por gualicho bruto se va de andar pensando fiero
o pensando mal de esto o de aquello y sobre todo
de la siempre linda inocencia franca para darle
a los demás y más aún de la que tienen los otros
o ganas de tenerlas de seguro como yo,
dar y recibir así de ida y vuelta y natural
si miramos bien las cosas qué fácil es perderse
en belleza inocente que no calcula porque ve
solamente hondura o ese espesor de la vida único
al hacer las cuentas donde es llamado el instante
que no nos dio cosa ninguna más que el alma entera
y sabionda de saber nada se lleva y sólo fue
ganar fue seguir en la montura sutil del viento


Muerte por hambre

Son la ocho y reflejan los celajes
el espejo en sangre que el agua enturbia

con rojas de banderas de plumajes
de las hojas de capullos y flores

del sol que muere para este día y de la noche
en ciernes de lo que nace de lo que hiede

enjuto rojo con gusto a poco de lo que falta
de los porotos de las lentejas de los tomates

de la bendita carne asada de los otros
de las encías lengua dientes y labios rojos

de la comida que no ha sido vista ni dada
a la pancita hinchada a los brazos del grosor

de un dedo a las patitas que no sostienen
y a la mirada tenue de quien se va se muere

no de viejo no de enfermo no de guerra
ni de calor ni frío ni de accidente

ni Dios siquiera de hambre sólo de hambre
puerca persiguiendo como un águila

a los pichones de torcaz y no se grazna
no se grita lo bastante no se baten

las alas y las plumas y los picos
aunque no se vaya y no se espante

el rapaz maldito que quiere más
el rumor del hambre el desmayo ausencia

de cualquier rumor en la atonía del hambre
de falta de agua de parásitos de comer

tierra por hambre por comer lo que sea
se tantea gordura propia tersura

de la indiferencia ochocientos millones
sufren hambre en el mundo, sesenta

millones de chicos mueren veinticinco
mil gentes por día  de un hambre necia

y roja como las aguas de este río
que recuerdan la sangre faltante y

derramada cuando la noche enturbia
el rojo atardecer y magos y dioses

y madres bien alimentadas el cielo
nos guarde la tierra nos perdone y are

con surcos hondos el alma en peligro
en medio de la obscena abundancia.


Diana Bellesi
Tener lo que se tiene
Poesía reunida
Adriana Hidalgo editora

Diana Bellesi (1946) Poeta argentina de altísima relevancia en el marco de la poesía latinoamericana actual. Integró la redacción de Diario de Poesía y fue una de las fundadoras de la cooperativa editorial Nusud.
Ha traducido a  poetas como Ursula K. Le Guin, Denise Levertov, Adrienne Rich y Olga Broumas. Coordinó talleres de escritura en las cárceles de Buenos Aires.

Jorge Monteleone, dice en el prólogo de su obra completa, "[...]La vasta obra de Diana Bellessi, además de su extraordinaria potencia lírica, posee un atributo poco común: antes que una metafísica implícita, conforma un sistema poético" que proviene, según mi opinión, de una forma de ser y de estar en el mundo y esa forma arde en continuo hermanaje con la naturaleza y con los que menos tienen, es por esto que en otro pasaje del prólogo, J. Monteleone nos advierte  "[...] renueva los caminos de la poesía social en lengua española, donde el lirismo puede ser leído políticamente, sin abandonar lo indescifrable de la palabra en el tiempo, el origen y la finitud: "el lustral misterio de aquello / que empieza o acaba, / por el umbral del silencio y la distancia". Asume así de nuevo una cabal ética de la poesía".

Premios: Obtuvo la beca Guggenheim en poesía,  (1993);  la Beca Trayectoria en las Artes de la Fundación Antorchas (1996); Dos veces premio konek en la disciplina Poesía: Quinquenio 1999 – 2003 / Quinquenio 2009-2013Fue declarada Ciudadana Ilustre de la Ciudad de BA en el 2010 y en 2011 recibió el premio Nacional de Poesía.

Obra poética: 
Destino y propagaciones,1970; Crucero ecuatorial, 1980; Tributo del mudo, 1982; Danzante de doble máscara, 1985; Eroica, 1988; Buena travesía, buena ventura pequeña Uli, 1991; El Jardín, 1993; Crucero Ecuatorial / Tributo del Mudo, 1994; The Twins, the Dream (with Ursula K. LeGuin), 1996; Sur, 1998; Gemelas del sueño (con U.K.Le Guin), 1998; Mate cocido, 2000: La Edad Dorada, 2003; La rebelión del Instante, 2005; Tener lo que se tiene- Poesía reunida, 2009; : La pequeña voz del mundo, 2011; Zavalla, con Z, 2012.


Dos poemas inéditos de José Watanabe



ESTE dolor, amor
que duermes en el incómodo sofá de los acompañantes,
no es tuyo. Me hace recordar la placidez
que tuviste en las orillas del Santa Eulalia.
Mi dolor me enrolla en esta cama
como un montón de nervios
                               coronado
por un cerebro que, sin embargo, sonríe
absurdamente:
es que mi dolor no hace sombra en las paredes,
no marchita las flores que me trajiste,
no es salvífico
y, oh buen Dios de los amantes, no te toca.
Es el pago que pide mi cuerpo.
Le pago feliz porque fui saludable
en las orillas de Santa Eulalia.
Tú sigues allí porque ya se sabe:
la vida son largos ríos antes de la mar,
largas piernas, largos brazos.
Nuestras largas piernas y largos brazos
vienen en el mismo cauce.
La enfermera que me inyecta el opiáceo
no sabe quien fue Santa Eulalia.





¿QUE cruz buscas
desesperado y tarde
para entregarte a una salvación incierta?
La cruz está en tu propio cuerpo
cuando abres los brazos.
Fue hecha
siguiendo la forma del hombre
para asesinarlo.
¡Qué bien cupo Cristo en su cruz!
¡Qué bien caben todos en su cruz!
desde ella clamamos
y ella empieza a entrar
en nuestro cuerpo
hasta que lo subsume
para darnos paz
y solo quedan en el horizonte
esos maderos cruzados,
ese símbolo donde estamos todos
a punto de volar.




El vado

Si vas por la playa donde se vadea el río
verás,
plantadas en el limo,
                 largas varas de eucalipto. Están allí
para los caminantes que van a la otra ribera.
                                   Una será tu cayado:
con ella tantearás, sin riesgo, un camino
entre las aguas turbias
                      y las piedras de resbaloso musgo.

Cuida de dejar hundida la vara
               con gratitud
en la otra orilla: otro viene:
acaso mi padre
que en las tierras amarillas busca sandías silvestres,
                   acaso yo
que regreso, retrasado y viejo,
                   mirando ansioso mi pueblo que tras el río
ondula o se difumina en el vaho solar.
                                                     Allí,
según costumbre, sembraron mi ombligo
entre la juntura de dos adobes
para que yo tuviera patria.

Deja el cayado clavado en el limo.



José Watanabe (1945-2007)
POESÍA COMPLETA
ED. PRE-TEXTOS

José Watanabe, poeta peruano (1946-2007)

En ocasión de su temprana y lamentable muerte Enrique Planas dijo de él: "...El mestizaje de José Watanabe enriqueció de forma única las letras castellanas. Hijo de padre japonés y madre serrana José Watanabe es uno de los poetas más representativos de su generación. Su poesía tiene detalles de la vida familiar, árboles, animales, piedras, objetos que se humanizan para revelarnos con precisión de cirujano " la fugaz y delicada acción del ojo" que hace de cada mirada un reverbero de sentido y belleza.



Obra poética: Álbum de familia, recibió el premio Poeta joven del Perú; El huso de la palabra (Lima 1989) lo consagró como uno de los poetas más importantes de la poesía peruana contemporánea; Historia natural (1994); Cosas del cuerpo (1999); Antígona (2000, versión libre de la tragedia de Sófocles);"El guardián del hielo" (2000), fue galardonado con el premio Lezama Lima de Casa de las Américas; Habitó entre nosotros (2002); La piedra alada (2005); Banderas detrás de la niebla (2006).


Tres poemas de Hugo Mujica






El desierto de cada día

En el desierto de cada día el viento borra las huellas de
todas las caravanas, barre los pasos de dios en el paso de cada
hombre, borra las huellas de todos ellos en el desierto de cada mundo.

En el desierto de cada vida hay una huella que nada borra:
la del desierto de cada vida, la huella que el viento traza.




Ausencia

Fue cuando no pude más y grité "¡yo!", cuando escuché
mi eco diciéndome "¡yo!".

Y supe que las cosas comunes nunca habían tenido bordes, que
el hueco de todas las bahías se recortaba en mí, que el borde de
todos los otros comenzaba donde faltaba yo.

   Fue cuando supe que no había nadie.

   Pero no corrí de un lado a otro para encontrarme con nadie,
me quedé solo y, aún así, alguien estaba de más. Quizás era
yo, era el eco de mí.

Fue entonces cuando me asaltó una duda: si no había nadie
¿sobre quién rebotaba mi grito para volverse eco de mí?

(Es sobre esta duda que ahora escribo, o tal vez, sea sobre
la misma esperanza que siempre escribí).




Hace apenas días

Hace apenas días murió mi padre,
hace apenas tanto.

cavó sin peso,
como los párpados al llegar
la noche o una hoja
cuando el viento no arranca, acuna.

hoy no es como otras lluvias
hoy llueve por vez primera
                          sobre el mármol de su tumba.

bajo cada lluvia
podría ser yo quien yace, ahora lo sé,
                                 ahora que he muerto en otro.



Hugo Mujica
Poesía completa (1983-2004)
Seix Barral



Hugo Mujica  Argentino, 1942.

Poeta, ensayista, pensador como le gusta definirse y sin duda lo es. Hugo Mujica, ha estudiado Bellas Artes, Filosofía, Antropología Filosófica y Teología. Su obra poética iniciada en 1983 y editada en Argentina, España e Italia es la reunida en Poesía completa (1983-2004) al cual pertenecen estos poemas. Su libro "Cuando todo calla" recibió en el 2013 el Premio Casa de América de Poesía Americana.
Si, según, el decir de Jorge Bocanera, la poesía se escribe tallando una roca de silencio, el silencio que talla Hugo Mujica se devela en su significado más profundo y esplendente.

Martín López-Vega dice, en una reseña aparecida en el ABC de Madrid, 2006, "uno recuerda en algún poema, en algún fragmento, la obra de los grandes poetas de Oriente" y no por esto deja de sorprendernos por su originalidad. La poesía de Hugo Mujica se mueve en la hondura de lo que somos y desde ahí construye el poema como la naturaleza hace un árbol diría Huidobro.

Algunos de sus libros:

"BRASA BLANCA", (1983); "SONATA DE VIOLONCELLO Y LILAS" (1984); "ESCRITO EN UN REFLEJO", (1987); "PARAÍSO VACÍO", (1993);"PARA ALBERGAR UNA AUSENCIA", (1995); "NOCHE ABIERTA", (1999); "SED ADENTRO", (2001); "Y SIEMPRE DESPUÉS EL VIENTO", (2011); "CUANDO TODO CALLA", (2013).





LA PRIMERA OSCURIDAD Y OTROS POEMAS DE ÓSCAR HANH





La primera oscuridad

¿Qué sabemos del infinito
que precede a la vida?
¿Qué ignoramos qué olvidamos
de la primera oscuridad?
No nacidos aún
¿dónde estábamos
antes de alzarnos con el ser?

El aire frío sopla
y refresca mi cara
Parado en el balcón
aquí arriba
en el piso 15
veo las luces
de los edificios
refulgir en la noche
A lo lejos
puntitos amarillos
Me inclino un poco
hacia delante
El imán poderoso
del vacío
Me tengo que tomar
de la baranda de fierro
Está helada
Los semáforos rojos
cambian a verde
Arriba en la bóveda negra
no brilla
ni una sola estrella
Abajo
miles de luminarias
parpadean

Si la primera oscuridad
es anterior a la vida
y a la muerte
anterior al espacio
y al tiempo
¿de qué materia inmaterial
está hecha
de qué substancia inconcebible
de qué ser su no-ser

Mi pasado
no está en la vida
ni tampoco en el círculo
vicioso de las reencarnaciones
Mi pasado está
en la primera oscuridad

Abro la puerta del balcón
para que entren los prefantasmas
Vienen de la primera oscuridad
Se posan en las sillas
en los cuadros
sobre mi cabeza
pero no me hacen daño
Me lamen con sus lenguas
diminutas y entonan
una canción descolorida



Tractatus de sortilegiis


En el jardín había unas magnolias curiosísimas, oye,
unas rosas re-raras, oh,
y había un tremendo olor a incesto, a violetas macho,
y un semen volando de picaflor en picaflor.
Entonces entraron las niñas en el jardín,
llenas de lluvia, de cucarachas blancas,
y la mayonesa se cortó en la cocina
y sus muñecas empezaron a menstruar.
Te pillamos in fraganti limpiándote el polen
de la enagua, el néctar de los senos, ves tú?
Alguien viene en puntas de pie, un rumor de pájaros
pisoteados, un esqueleto naciendo entre organzas,
alguien se acercaba en medio de burlas y fresas
y sus cabellos ondearon en el charco
llenos de canas verdes.
Dime, muerta de risa, adónde llevas
ese panal de abejas libidinosas.
Y los claveles comenzaron a madurar brilloso
y las gardenias a eyacular coquetamente, muérete,
con sus durezas y blanduras y patas
y sangre amarilla, aj!
No se pare, no se siente, no hable
con la boca llena
de sangre:
que la sangre sueña con dalias
y las dalias empiezan a sangrar
y las palomas abortan cuervos
y claveles encinta
y unas magnolias curiosísimas, oye,
unas rosas re-raras, oh.





Televidente

Aquí estoy otra vez de vuelta
en mi cuarto de Iowa City

tomo a sorbos mi plato de sopa Campbell
frente al televisor apagado

la pantalla refleja la imagen
de la cuchara entrando en mi  boca.

Y soy el aviso comercial de mí mismo
que anuncia nada a nadie.

Óscar Hans 


Óscar Hans, (1938). Poeta, ensayista y chileno.
La crítica especializada ha reconocido en la poesía de Óscar Hahn una calidad y originalidad indiscutibles en el contexto poético hispanoamericano asegura Oscar Galindo en su estudio "La poesía de Óscar Hahn: los símbolos despavoridos".

Actualmente es catedrático de la Universidad de Iowa y miembro correspondiente de la Academia Chilena de la Lengua en Estados Unidos. 

Obra poética: "Esta rosa negra" (1961), "Agua final" (1967), "Arte de morir" (1977), "Mal de amor"( 1981), "Imágenes nucleares" (1983), "Flor de enamorados" (1987), "Estrellas fijas en un cielo blanco" (1989), "Versos robados",  "Antología virtual" (1996), "La primera oscuridad", (2011).
  

Distinciones:  Premio Poesía de la Federación de Estudiantes de Chile (1959), Premio Alerce (1961), Premio Único del Primer Certamen Zonal de Poesía Nortina (1967), Premio Altazor de Poesía (2003), Premio Casa de América de Poesía Americana (2006),Premio de Poesía José Lezama Lima (2008), Premio Iberoamericano de Poesía Pablo Neruda (2011).

JORGE TEILLIER Y SU CIELO NACIDO TRAS LA LLUVIA






Bajo el cielo nacido tras la lluvia
escucho un leve deslizarse de remos en el agua,
mientras pienso que la felicidad
no es sino un leve deslizarse de remos en el agua.
O quizás no sea sino la luz de un pequeño barco,
esa luz que aparece y desaparece
en el oscuro oleaje de los años
lentos como una cena tras un entierro.
O la luz de una casa hallada tras la colina
cuando ya creíamos que no quedaba sino andar y andar.
O el espacio del silencio
entre mi voz y la voz de alguien
revelándome el verdadero nombre de las cosas
con sólo nombrarlas: "álamos", "tejados".
La distancia entre el tintineo del cencerro
en el cuello de la oveja al amanecer,
y el ruido de una puerta cerrándose tras la fiesta.
El espacio entre el grito del ave herida en el pantano,
y las alas plegadas de una mariposa en calma
sobre la cumbre de la loma barrida por el viento.


Eso fue la felicidad:
dibujar en la escarcha figuras sin sentido
sabiendo que no durarían nada,
cortar una rama de pino
para escribir un instante nuestro nombre en la tierra húmeda,
atrapar una plumilla de cardo
para detener la huida de toda una estación.


Así era la felicidad:
breve como el sueño del aromo derribado,
o el baile de la solterona loca frente al espejo roto.

Pero no importa que los días felices sean breves
como el viaje de la estrella desprendida del cielo,
pues siempre podremos reunir sus recuerdos,
así como el niño castigado en el patio
encuentra guijarros con los cuales forma brillantes ejércitos.
Pues siempre podremos estar en un día que no es ayer ni mañana,
mirando el cielo nacido tras la lluvia
y escuchando a lo lejos
un leve deslizarse de remos en el agua.





A un niño en un árbol


Eres el único habitante 
de una isla que sólo tú conoces, 
rodeada del oleaje del viento 
y del silencio rozado apenas 
por el vuelo de una lechuza. 

Ves un arado roto 
y una trilladora cuyo esqueleto 
permite un último relumbre del sol. 
Ves al verano convertido en un espantapájaros 
cuyas pesadillas angustian los sembrados. 
Ves la acequia 
en cuyo fondo un amigo desaparecido 
tiene el primer barco de papel que tú echaste a navegar. 
Ves el pueblo y los campos extendidos 
como las páginas de un libro de lectura.
donde un día sabrás que leíste la historia de la felicidad. 

El almacenero sale a cerrar los postigos. 
Las hijas del granjero encierran las gallinas. 
Ojos de extraños peces 
miran amenazantes desde el cielo. 
Hay que volver a tierra. 
Tu perro viene a saltos a encontrarte. 
Tu isla se hunde en el mar de la noche. 



Andenes

Te gusta llegar a la estación del pueblo
cuando el reloj de pared tictaquea,
tictaquea en la oficina del jefe-estación.
Cuando la tarde cierra sus párpados
de viajera fatigada
y los rieles ya se pierden
bajo el hollín de la oscuridad.

Te gusta quedarte en la estación desierta
cuando no puedes abolir la memoria,
como las nubes de vapor
los contornos de las locomotoras,
y te gusta ver pasar el viento
que silba como un vagabundo
aburrido de caminar sobre los rieles.

Tictaqueo del reloj. Ves de nuevo
los pueblos cuyos nombres nunca aprendiste,
el pueblo donde querías llegar
como el niño al día de su cumpleaños
y los viajes de vuelta de vacaciones
cuando eras –para los parientes que te esperaban—
sólo un alumno fracasado con olor a cerveza.

Tictaqueo del reloj. El jefe-estación
juega un solitario. El reloj sigue diciendo
que la noche es el único tren
que puede llegar a este pueblo,
y a ti te gusta estar inmóvil escuchándolo
mientras el hollín de la oscuridad
hace desaparecer los durmientes de la vía.



Jorge Teillier
Crónicas del forastero ( Ed. Colihue)
Selección y prólogo de Jaime Valdivieso
Dirección de colección: Jorge Boccanera



Jorge Teillier Sandoval (1935-1996) Poeta chileno de la llamada generación literaria de 1950, creador de la poesía lárica.

"Frente a la tradición totalizadora de las vanguardias y los planteamientos rupturistas de la antipoesía, Jorge Teillier convirtió de nuevo la poesía en experiencia vital ligada a una memoria poética que busca sus símbolos ancestrales y puros. Esa búsqueda primordial lo convirtió en uno de los poetas chilenos más originales de la actualidad". (Diccionario Enciclopédico de las Letras de América Latina.Caracas, Biblioteca Ayacucho, 1995.)

Jorge Teillier transita "esos parajes aislados, donde el poeta como diría Reverdy, descubre que toda expresión para ser expresada debe ser transformada, allí donde la poesía es un acto de comunión con la existencia, tan urgente y costoso, que la palabra llega al límite de su poder de concentración expresiva transformándose en un poco de aire".Enrique Lihn, (1961). 


Obra poética:

Para ángeles y gorriones, Ediciones Puelche, Santiago, 1956 (descargable desde Memoria Chilena; reeditado: 1995); El cielo cae con las hojas, Ediciones Alerce, Santiago, 1958; El árbol de la memoria, Arancibia Hermanos, Santiago, 1961; Los trenes de la noche y otros poemas, Revista Mapocho, 1961 (descargable desde Memoria Chilena); Poemas del País de Nunca Jamás, Colección El Viento en la Llama, dirigida por Armando Menedín, 1963; Poemas secretos, Ediciones de los Anales de la Universidad de Chile, separata, 1965 (descargable desde Memoria Chilena); Crónica del forastero, Impreso por Arancibia Hermanos, Santiago, 1968; Muertes y maravillas, antología, Editorial Universitaria, 1971 (reeditado: 2005 y en 2011 por Ediciones Universidad Diego Portales); Para un pueblo fantasma, Ediciones Universitarias de Valparaíso, 1978 (reeditado: 2005); La isla del tesoro; poemario epistorlar escrito al alimón con el poeta peruano Juan Cristóbal, Lima, 1982 (reedición aunmentada: Editorial Dolmen, 1996; tercera edición definitiva, Descontexto Editores, 2013); Cartas para reinas de otras primaveras, Ediciones Manieristas, Santiago, 1985; El molino y la higuera, Ediciones del Azafrán, Santiago, 1993; Hotel Nube, Ediciones LAR, Concepción, 1996; En el mudo corazón del bosque, Editorial Fondo de Cultura Económica, 1997. 
Responsable, con Gabriel Barra, de la versión poética de la antología de Serguei Esenín: La confesión de un granuja (1973).

Premios literarios: Canto a la Reina de la Primavera de Victoria, Premio de Federación de Estudiantes de Chile 1954, Premio Alerce de la Sociedad de Escritores de Chile 1958, Primer Premio del Concurso Gabriela Mistral 1960, Premio Municipal de Santiago de Poesía 1961, Premio CRAV 1964 por Crónicas del forastero, Premio Conmemoración del Sesquicentenario de la Bandera Nacional 1967, Primer Premio de los Juegos Florales 1976 de la revista Paula, Premio Eduardo Anguita 1993, Premio del Consejo Nacional del Libro 1994 al mejor libro del año por El molino y la higuera.

"Carta y otros poemas" de Ana Ilce Gómez



CARTA

Recuerda, amado, cuando nos conocimos
bajo la gran sombra del Palazzo Corvaia, frente
al gris remolino de la vía del Corso; recuérdalo.

Recuerda cuando música, pantera, amante, dueña
                                                             [del amor,
yo clavaba mi ojo en el tuyo
y no había pie entre nosotros de distancia.

Recuerda las idas y venidas, las vueltas y revueltas,
y el amor subiendo y bajando. Y nada más.
(Cuando yo era para ti como aquella lejana
dulce muchacha de Brest).

Recuerda de todo esto. De todo eso que se quedó
aquella mañana en la cruel terminal de Reggio,
la dulce marejada que nos llevaba,
la que nos traía,
                               el agua mansa,

el líbrame Dios.




INSCRIPCIÓN A LA ORILLA DEL CAMINO

Oh pálido viajante,
tú que haces alto a mitad del camino
acércate a mi tumba.
Mira, toca la desmoronada corona
de mi júbilo. Y recuerda
que aquí duermo yo.
Yo que un hermoso día triunfé
en el amor y que esta triste tarde
no puedo sobrevivir al olvido.




YO HE MILITADO

Yo he militado no sin gloria
en las lides del amor
y mi obra no podrán destruirla
ni las lluvias persistentes
ni la perenne marcha del tiempo.
Porque mi arte no fue inútil
ni siquiera contigo,
contigo que jurabas no conocerme
pero que un día llenaste
la ciudad entera con mi nombre


Ana Ilce Gómez  (1945)

Anillo de silencio
CENTROAMERICA EN LA POESÍA
Antología / Selección y prólogo Jorge Boccanera
Instituto Movilizador de Fondos Cooperativos C.L, 2009

Ana Ilce Gómez, (1945). Poeta y periodista literaria nicaragüense. Colaboró en el suplemento La Prensa y en Novedades Cultura. Integra el Consejo Editorial de la revista ANIDE.
Alguna vez, Pable Antonio Cuadra escribió sobre ella : "Ana Ilce no hace poesía, se hace poesía. Aquella galantería de Becquer: 'poesía eres tú' resulta en Ana Ilce una afirmación no gentil sino estilística. Ana es su forma. Ella pregunta: '¿quién es esa mujer que pasa?' -- y quien pasa es el poema
En el 2006, fue incorporada a la Academia Nicaragüense de la Lengua, en calidad de miembro de Número. 

Obra poética: Las ceremonias del silencio (Managua: Ediciones El Pez y la Serpiente, 1975; segunda edición ampliada: Managua: Editorial Vanguardia, 1989) y Poemas de lo humano cotidiano (Managua: Anide, 2004), ganadora del Premio Mariana Sansón, convocado por la Asociación Nicaragüense de Escritoras (Anide). Textos suyos integran las antologías: La nueva poesía amorosa de América Latina (1980), Palabra de mujer (1982), La mujer nicaragüense en la poesía (1992), Anillo de silencio: Centroamérica en la poesía, (2009).


"Tránsito de fuego" Eunice Odio



La dama de bronce

(fragmento)

La Dama de Bronce
tenía el cuerpo

afilado y hambriento;

tenía desnuda la mirada.

¡Cúbrela, Dama de Bronce!
¡Guárdala!

Su garganta caía lentamente hacia el Hudson

¿Adónde vas, Dama de Bronce,
veloz tu cielo azul, lento el cayado?

¿Qué aguja cristalina te atraviesa y despierta
los párpados, los astros?

En la ruta,
la penetrante ruta donde un rayo
se asomaba a los días terrenales,

la Gran Dama de Bronce,

la querida del tiempo matutino,

la fulgurante amada desprendida
de frescas arpas y nublados lechos,

llamó a una puerta

que ella creyó temprana,
puerta de entrada a transparentes horas.

Y fue la puerta de la noche abierta,
la sombra en carne viva por el alba.

Estaba hecha de agrietada espuma,
del escombro de un ojo,
de solitaria sien y putrefacta altura.

Aquella puerta era un tapiz agónico

en donde cada cuerpo confundía su aliento
con la garganta próxima.

¡Dama de Bronce!,

Sierva de la mañana!

¡Da un paso interno,
toca con las entrañas
la rosa de los vientos!

¿No habrá, en estas líneas,
la longitud de una pupila sola?

¿No habrá un eco, un indicio
que me esconda?

Y de pronto pasó
(más bien volvió del fuego)

una sagrada estirpe solitaria.


Era un hombre escoltado por el fuego
y vestido como viste el espacio.

De su cintura y de su alegría
partía el ciervo claro.

Tenía la lengua en la mirada pura
y un río
(una copa de guirnaldas oscuras).

El hombre vio los pechos,

los ojos

de la Dama de Bronce

y ella

-bandera de oro ebio,
victoriosa soledad de la tarde-

dio un paso interno
(su paso era una rosa caminante,
una flor calcinada),

marchó sobre agua viva,
sobre el río que volverá mañana.





Poema séptimo (Germinación)

Introducción

I

Oh don,
oh don de sí, tu pelo,
albo discurso,
designio azul,
futuro de jacinto.

Yo podría cantar una canción
para que me sospechen de humo, en aire,
y de animal tallado entre la espuma,
en larga, leve, carcajada de arpa

Yo podría traer al corazón recuerdos
como uñas cayéndose del alma.
Pero estoy casi al borde de tu cuerpo,
Pero está al pie del surco tu desnudo
en traje de profundidad;

Piensa en tu edad el mar y palidecen
delfines ciegos cielo arriba, en rama,
pesando más el cielo menos aire
mar con sólo las olas y sin agua.

Y tú a la orilla del paisaje tiemblas
ah, intramarino pescador de espumas
cuya cadera crece entre corales,

Crepúsculo manchado de violines,
compañero fugaz de mi costado.




II

Alguien pasa rozándome las venas
y se abre el surco entre la flor y el labio.

Es que llega la noche
en columna de amor y ruiseñores;
su casco azul, lacustre, enjuga el alba,
baja la niebla por su piel y huyen
roces de pluma herida y madrugada.

Y antes de ser,
para futuro arribo de planeta
tiniebla inaugural,
cristal esquivo,
quietud de sumergidos resplandores,
la noche es de aire y tallo oscurecido.





Si pudiera abrir mi gruesa flor...

Yo no me dejar humillar por las cosas irracionales:

Si pudiera abrir mi gruesa flor...
Yo no me dejar humillar por las cosas irracionales:

penetrar lo que haya en ellas de sarcasmo hacia mí
haré que las ciudades y civilizaciones se me rindan.

W. Whitman


En un lugar de la Mancha de cuyo nombre
no quiero acordarme...

Cervantes


Eunice andaba en el sueño
con zapatos de vigilia,
¡ay, Eunice, por tus pies te van a negar el día!

Eunice Odio


Si pudiera abrir mi gruesa flor
para ver su geografía íntima,

su dulce orografía de gruesa flor:
si pudiera saltar desde los ojos

para verme, abierta al sol,
si no me golpeara de pronto, en la mejilla,

esta reunida sombra,
esta orilla de silencio

que es lo que ciertos pañuelos a la lágrima,
un aposento blanco, descubierto.

Si pudiera quedarme abierta al sol
como el sencillo mar

y alta, recién nacida hija del agua,
creciera mi color al pie del agua.

Por qué no he de poder desnudarme los pies
en una casa en que los alfabetos ascienden

por el labio a la palabra, y en que duendes de menta,
sirven té verde y florecida sombra.

Por qué no he de poder
desnudarme los pies en una casa

en que todos los días
un año desviste su estatura melancólica,

y en que la costa azul de un relicario
guarda el retrato de un vecino de mayo que se ha ido.

Sin embargo
no puedo desnudarme los pies en esta casa

ni poner sobre la mesa el corazón.
Pero puedo abrirme como una flor

y saltar desde los ojos para verme,
abierta al sol.


De "Tránsito de fuego"
Eunice Odio


Eunice Odio
, (1922, 1974). Poeta, escritora, traductora costarricence. Publicó en la prestigiosa revista "Repertorio Americano" de Joaquín Garcia Monje.
A partir de 1955 se instaló en México, adoptando en 1962 la ciudadanía mejicana. A partir de su libro “Territorio del alba” se la consideró ligada al vanguardismo, especialmente con la corriente surrealista.
El legado de su obra está siendo cada vez más reconocido, estudiado y apreciado; se le han dedicado libros, esculturas y existe una biblioteca que lleva su nombre.  Sobre "Tránsito de fuego"Juan Liscano, opinó que alcanza la misma envergadura de "El paraíso perdido" de Milton.
Su poesía es referencial en el panorama literario de Centroamérica.

Obra poetica: "Los elementos terrestres" (1948, premio Centroamericano 15 de Septiembre cuyo jurado lo integraba Miguel Ángel Asturias, "Territorio del alba" (escrito entre 1946 y 1948 y publicado en 1953)," Tránsito de fuego" (1957, su obra cumbre), "Pasto de sueños" (1953-1971) y "Últimos poemas" (1967-1972).



"La vida en serio" Juana Bignozzi



Ahora he descubierto, el sol, los perros y las mentiras.
La vida es más lógica, no he dicho mejor, sino más lógica.
Cierro los ojos y tomo sol, juego con un perro tan vulgar
que es imposible sentirse separada de él y miento.
Eso me obliga por las noches a sacarme los zapatos
como quien se desnuda,
a caminar descalza por mi casa,
a llorar a solas cada tanto.
Ahora miro a una mujer ni linda ni fea,
pienso que la pequeña vida continúa
y que todo dolor importante tiene testigos,
aunque sea un perro, el sol o las mentiras.



Una poesía para impresionar
con grandes imposibles olvidos que no llegan
o esas frases de: tengo para poco
una poesía en realidad para ser un animal herido entre la gente
para irse a un rincón y tratar de no molestar
si digo esa poesía ya no me interesa
es porque he empezado por sentir gusto por la vida en serio.

De: Mujer de cierto orden (1967)




Digo tantas veces lo que no pienso
que no me interesan los sonidos que lanzo de manera
            constante
únicamente me apasiono por lo que hablo a solas
y asi he descubierto minuto a minuto
el paso de mi futuro hacia el pasado
he logrado
no convertirme en criada de una decadencia
no caer en la tierna sonrisa comprensiva
que aparece cuando la intensidad desaparece
dejé de hablarle todo a alguien
e intento decirles algo a todos.

De: Regreso a la patria (1989)



en otra vida yo miraba desde la ventana de un bar
como la tormenta aplastaba las flores azules contra los
                                               cordones
contra las paredes
y por ese momento único de la juventud que dura muy
                                                poco
supe que nunca olvidaría esa escena en que nada aparecía
de lo que amaba me interesaba o temía
ni novios  ni odios ni otros poetas ni revistas de opinión ni
secretarios de barrio ni amigos imbuidos de una cultura pavesiana
sólo las flores azules y la lluvia
recuerdo el nombre del pueblo y la lluvia
recuerdo el nombre del pueblo la hora y esa lluvia
que nunca en las décadas que siguieron confundí con
                                                  alguna otra.

De: La ley tu ley (2000)


La ley tu ley
Juana Bignozzi
Adriana Hidalgo editora S.A. 2000

Juana Bignozzi nació en Buenos Aires en 1937.  Poeta, traductora. Radicada en España desde 1974 a 2004. Fue la única mujer en el grupo "El pan duro", fundado por Juan Gelman en la década del ’60 en el que, también, estaban los poetas Julio César Silvain, Héctor Negro, José Luis Mangieri, Alberto Szpumberg.

Su poesía se afirmó progresivamente en un tratamiento del yo poético de una indiscutible originalidad que trasciende los motivos de la "generación del sesenta" de la que formó parte, y la convierte en un referente ineludible en la poesía argentina (Contratapa de La ley tu ley, Adriana Hidalgo, editora, con prólogo de D.G. Helder ).
Recibió el Segundo Premio Municipal de Poesía en el 2000 y el Premio Konex, Diploma al mérito por el quinquenio 1999-2003.

Obra poética: "Los límites", Juana Bignozzi,1960; "Tierra de nadie", Juana Bignozzi, 1962; "Mujer de cierto orden",1967; "Regreso a la patria",1989; "Interior con poeta", 1993;"Partida de las grandes líneas", 1997; "La ley tu ley"; 2000, "Quién hubiera sido pintada", 2001.




Tres poemas de Mirta Rosenberg



Vas a verme
me ves
y no sé lo que verás.
Sea lo que sea,
más allá de lo que veas
siempre estoy yo además.

Sentarse y dejar entrar.


UN TEMBLOR
que la escala Richter
no registra: no fui
al funeral de mi hermano,
nunca volveré a hacerlo.
Seguro recordaba
tanto a su madre
como un caballo de ocho años,
dice Shakespeare de alguien,
creo que en Coriolano.
Si no, tal vez
no hubiera hecho mutis
dejándome hija única tardíamente
aquí sentada y con Mamá
por todos lados.


Insignificancia

Si te place, Dios,
que menos ocurra.
Nivela la curvatura
de nuestra Tierra, aplana
el Eiger, suaviza
el Gran Cañón.
Haz los valles
un poco más altos,
amplía las fisuras
hasta que sean tierras cultivables,
custodia tus terribles glaciares
y silencia sus claudicaciones,
reduciendo a la mitad
o duplicando
todos los accidentes geográficos,
tendiendo a la humildad.
Deja de pesar sobre nuestros corazones.
Retira tu grandiosidad
de estas regiones.

Blandeur
If it please God,/ let less happen./Even out Earth's/ rondure, flatten/
Eiger, blanden/ the Grand Canyon./ Make valleys slightly higher,/ widen
fissures/ to arable land./ remand your terrible glaciers/ and silence/ their
calving,/ halving o doubling/ all geographical features/ towards the mean./
Unlean against out hearts./ Withdraw your grandeur/ from these parts.

Este último poema, aclara Mirta Rosenberg en su libro, proviene de Kay Ryan: Say Uncle Grove Press, Nueva York,1991. 

EL PAISAJE INTERIOR
BAJO LA LUNA POESÍA, 2012


Mirta Rosenberg ha traducido y publicado, entre otros, poemas de Katherine Mansfield, Derek Walcott, Marianne More, Hilda Doolittle, James Laughlin, Seamus Heaney.
Desde 1986 integra el consejo de dirección de la publicación trimestral Diario de poesía. Recibió la beca Guggenheim y el premio Konek al mérito por traducción literaria.
Obra poética: Pasajes,( 1984). Madam (1988); Teoría sentimental (1994); El arte de perder (1998), El árbol de palabras. Obra reunida 1984-2006, Bajo la luna, Buenos Aires, 2006,  El paisaje interior, Bajo la Luna, Buenos Aires, 2012.




JUAN GELMAN "HOY" Y SIEMPRE





III

Dios se fue al vacío que dejó su muerte. La sombra traga los regresos y los favores del amor en cualquier calle se abandonan. La vida se pareció a la vida alguna vez / ya la mentira ni siquiera vuela. Hay que barrer el mundo en sucio estado / otra vez ponen huevos de serpiente / viejos.




XXI

La crisis de la edad de hierro no tiene traducción. Las escrituras del cerebro siguen con su chaleco diagramático / abarcan inviernos de la niñez / despojos que no renuncian a sí mismos / el árbol que se inclina cuando pasan. El mundo tiene mal aliento y mancha la unidad profunda de lo doble. En el buche secreto de un jilguero vive lo que vendrá.


                                                                                                   A Pepe Nun

XXIX

Pensaste que un halcón no es permisible en la mejilla amada ni valen copas rotas. En los pedazos de la suerte navegan rostros que diste sin más querer que querer. Ya buscarán con párpados cerrados algún delfín en tu bahía.

                                                                                              A Jorge Boccanera


XLIII

En el consuelo hay soles falsos / el encandilamiento dura poco, la memoria pone a la herida en su lugar. La pérdida no busca admiración / se fabricó un universo de astros sin luz / cualquier roce lo enciende. No dan sombra, dan caminos / lo que fue a lo que falta ser. El gemido sin música en la esquina donde la despasión permite el mundo.


A Rúben Bonifaz Nuño



LXIX

El olvido encalla en movimientos del deseo/ la madrugada que tembló en un combate/la media luna cortada de la noche vol-vida a su prolongación. ¿Qué llena los sumarios del espanto? Bestias que ofrecen su energía recorren campos idos y se oye cómo cae otro harapo del mundo. La deuda con lo que no fuimos nunca se pagará, anda por áhi con su espejo de miedos sellados . El espacio se llena con la desobediencia de un gorrión.



CXI

Una rosa sostiene al mundo / amante sublevada. No entra en fortalezas teológicas, no recompone detalles del espanto. Se desapega de la repetición, prefiere lo que arde en un silencio asediado. Con cada pétalo paga miserias tristes / los pájaros sin rama / la sumisión del miedo. Crea actos que el tiempo no se puede comer. Es la nación de sueños que sueñan todavía/ sola ahí/ sin falso corazón.



CXXII

Habrán los pájaros haber qué tienen, derriben las columnas de la polis, las cloacas del mísero impaciente, quién sabe dónde crecen los venenos propios. Las preguntas de sí perdieron la candidez de viejas luchas, quieren saber por qué el mundo corpóreo y el otro se juntan a contemplar el todo del ninguno. La palma intacta sigue abierta a procesiones de adelante patrás, cuando lo yo del ser quiso ser en invenciones de la vida.



CXXXII

La ciencia médica no explica por qué la mirada de una mujer salpica de rojo lo que mira. ¿Qué nombre tiene eso? El día que pasó acuesta a la locura en separaciones de la lengua y matrimonios del bienmal que nunca se divorcian. ¿Te derrotaron ?, bien. ¿Ganaste? , bien. En tu raíz viven la prehistoria del amor parcial, el diamante que apágase, imposibilidades de firmar el certificado de muerte de noches poseídas. La reflexión de sí es un compañero triste. Cielos tiran de aquí para allá harapos de las improporciones y el deseo de una cosa/ aunque viva en un pantano y sepa que va a morir.



Juan Gelman
Hoy
Seix Barral 2013

¿Qué hace a un poeta inolvidable se preguntaba Raquel Garzon en el Homenaje, (número Especial de Revista Ñ ) donde poetas, escritores, estudiosos hablaron desde su respectivas miradas y cercanías, de ese poeta mayor de la lengua castellana que es Juan Gelman. 
Hugo Mujica, dijo, alguna vez, que la ética del artista era vivir a la altura de su obra y en esas cimas Juan Gelman se movió siempre.  Esa “muestra acabada de pulidas joyas diminutas” de la que habla Jorge Boccanera, siempre han estado engarzadas, no ya al fiel latido de su vida, sino al sentido más profundo de lo humano, “donde la poesía imagina, reflexiona, resiste, anhela y agita su ramo de interrogantes porque tiene la música de las preguntas”.