NORAH LANGE y su tarde a solas




tarde a solas


Vacía la casa donde tantas veces
las palabras incendiaron los rincones.
La noche se anticipa
en el piano, mudo
que nadie toca.

Voy a solas desde un recuerdo a otro
abriendo las ventanas
para que tu nombre pueble
la mísera quietud de esta tarde a solas.
Ya nadie inmoviliza las horas largas y cerradas
a toda dicha mía.

Y tu recuerdo es otra cosa
grande y quieta
por donde yo tropiezo sola.
Y mis latidos forman una hilera de pisadas
que van desde tu puerta hacia el olvido.


anochecer

Los brazos del sauce llorón
son serpentinas malgastadas.
El viento simula arpegios
jirones de música entrecortada.
El vespero anuncia la noche

mientras en otro horizonte
         el sol delira...

Cada árbol es un país de emociones
Tú y yo, multiplicándonos de amor, sumergiéndonos
en nuestros ojos, amplios de azul.
Tú y yo, como música que amortigua las distancias.

Como un niño llegué a tu corazón.
Tú, generoso, lo partiste para darme un pedazo de dicha.





Cuadernos de infancia (fragmento)

La veo ribeteada de una ternura que nadie podría tocar sin deshacerle algo, sin agregarle más gracia de la que era necesaria y real.
Montaba su caballo, vestida con esos faldones amplios opacos, que se usaban en aquella época.
La veíamos toda entera de un costado del caballo, la cara escondida bajo el ala del chambergo negro. Del otro, una sola mano enguantada; el perfil tan claro, como si de pronto se acercara a una lámpara.
Parecía que toda la figura hiciera contrapeso, desde un flanco del caballo, al otro, al luminoso, al ingreso de su rostro.
Montando así, nos alcanzaba una doble dulzura: podíamos verla de un costado, del costado de la sombra, del menos conocido, y del otro, en donde estaba toda, la recuperábamos intacta, idéntica al panorama de cariño que nos mostraba todos los días.
Mi padre al levantarla hasta la montura, sólo necesitaba juntar las manos para que ella apoyara un pie. La madre subía y, de inmediato, ya lista, se quedaba atenta esperando. Todos sus gestos, aunque fueran nuevos, vivían enseguida un paisaje habitual.
Mi padre hacía avanzar su tordillo. y al infligirle con su bota pequeños golpes en las patas, el caballo estiraba las delanteras y las posteriores en direcciones opuestas, hasta que la montura descendía a un nivel en que no era necesario emplear los estribos.
En semicírculo, nosotras, comentábamos la actitud sumisa y obediente del caballo, y después de promocionarnos ese espectáculo, se alejaban con un trote lento.
El lado resplandeciente de la madre desaparecía, y sólo nos quedaba el menos familiar; el más austero. Al acercarse a los primeros álamos que limitaban la quinta, recién sentíamos que algo nos faltaba. La barba rojiza de mi padre era lo único que divisábamos.
Ahora sé que el otro lado de la madre, el luminoso, iba muy cerca suyo.


Norah Lange
Obras completas
Tomo I
Beatriz Viterbo Editora


Norah Lange (1905-1972) Poeta y escritora argentina. Considerada por algunos como "la dama de la vanguardia del 20". Si bien, ella misma declaró: "Dejé de escribir poesía cuando me di cuenta que me sentía más cómoda haciendo prosa. Mis versos nunca llegaron a convencerme. [...] Eran puras metáforas, tal como lo dictaba el ultraísmo", su libro: Cuadernos de Infancia, en palabras de Sylvia Molloy "es uno de los más bellos y luminosos libros de memorias infantiles que se hayan escrito en la literatura latinoamericana."
Estudios de género o de las vanguardias, como las de Francine Masiello, Sylvia Molloy, Beatriz Sarlo, Jorge Boccanera, entre otros, revalorizan su obra y destacan su sostenida búsqueda experimental y el punto de quiebre con el canon que oprimía a la mujer escritora de comienzos de siglo.
Colaboró en las grandes revistas de la época: Prisma, Proa, Martín Fierro, Oral del Royal Keller.

Libros publicados: La calle de la tarde (1925), con prólogo de Jorge Luis Borges, Los días y las noches (1926) y El rumbo de la rosa (1930). 
El resto de su obra: Voz de la vida (1927), 45 días y 30 marineros (1933), Cuadernos de infancia. (1937),  Antes que mueran (1944), Personas en la sala (1950), Los dos retratos (1950), sus Discursos, recopilados por primera vez en 1942, luego ampliados con el título de Estimados Congéneres y la novela inédita: El cuarto de vidrio, incluida en sus Obras Completas (2005).



Autocrítica y otros poemas de Joaquín O. Giannuzzi






El sol ocupa toda la tarde.
Estoy solo y lìrico en la tarde.
Estoy hecho un amarillo poema perfecto
pero en lugar de escribirlo
enviudé mi juventud
me aseguré el tabaco y el café
una a una he chupado las costillas de la estética
Pero el jugo secreto no me fue revelado
No encuentro un personal sistema de lenguaje
Quiero decir un acto de escritura
Que mis contemporáneos interpreten adecuadamente mal.


El sapo

Al pie del agua de un verde inmóvil
había un sapo que dulcemnte ví
hace tiempo, en un verano,
y su forma contenía un posible mundo
desconocido, quizás semejante
a los vastos cielos de diciembre.
Pero el cielo mismo no se comprende en absoluto.
Estaba allí, reposado en la placidez
de su propia y espesa materia palpitante,
sensato como todas las cosas
que desde su centro aguardan
la disolución de sí mismas.
Me detuve y logré
alcanzar sus ojos con los míos
y pensé que, sin duda,
la perplejidad de ser estaba superada.
Consideré inútil otro
conocimiento. El sapo alcanzaba
una región más vasta,
no extraña precisamente sino
ajena, una manera
de sobrevivir lo exactamente necesario.
Precipitado, aventurado a la existencia,
como un sapo simplemente, más allá
de la belleza
que da paz y enloquece a los hombres
el único significado de todo eso
era la tranquila complacencia
de la húmeda piel verdosa,
vistiendo a un Dios obstinado
en la razón secreta de sí mismo.
Me inundó un colmado sosiego
y desmentí
la náusea y la muchedumbre de sabios
que desde Thales de Mileto
inclinan hacia el error
el tumulto precipitado bajo la frente.
Ante ese vana fatiga
permanecía idéntico a sí mismo
e infatigable además
el sapo que dulcemnte ví
hace tiempo, en un verano.



Crimen en el barrio

La policia se abrió paso
y procedió con pocas palabras.
El razonamiento conjeturaba que detrás de la puerta
algo había concluido. ¿Que podía agregarse
a la mujer con un balazo en la cabeza
y al hombre estupefacto
rechazando la realidad de su propia obra?
Sin embargo, nosotros esperábamos
en el último lugar que la lógica
hubiera elegido para esperar,
como espectadores que permanecen en el teatro
ya caído el telón y borrado el escenario.
Pensé en la tarde remota de la pareja.
Donde ahora había sangre
se amontonaron las dulces frases
con que todo empezó, un poco torpemente,
cuando ya mismo era tarde para quitarles el significado.
Ahora me pregunto qué hacemos aquí
me pregunto por qué hay esperanza todavía,
en qué trama estamos aprisionados
cuando la fe se detuvo al comienzo del drama
y volvió codiciosa después del último acto.
No hay empresa terminada
en este oficio de locos que pide materia viviente
y emplea el amor, habitaciones, papeles, jardines,
para recuperar lo que la mente considera irrecuperable;
aunque el cáncer se instale entre el esposo y la esposa
y suene un revólver entre una mujer y un hombre.

Teólogo en la ventana y otros poemas
Joaquìn O. Giannuzzi
Selección y prólogo: Jorge Fondebrider
Los grandes Poetas, Centro Editor de América Latina
Ilustración: Charles Lantero

Joaquìn O. Giannuzzi (1924- 2004). Poeta, crítico literario y periodista argentino. En palabras de Jorge Fondebrider, Gianuzzi llevó a cabo, con inusual rigor, una de las más atípicas obras de la poesía argentina contemporánea.
Recibió el Premio Fondo Nacional de las Artes, el Premio Municipal y el Premio Nacional de Poesía, entre otros.
En una nota en N escrita por Fabian Casas a próposito de la edición de Un arte callado,  libro que recopila los poemas inéditos de Joaquín Giannuzzi, escribió: "Recordé que los grandes poetas, si realmente lo son, cuando llegan al final de su vida logran el milagro alquímico de construir un doble. Cuya finalidad es recordarnos que ellos están ahí, dando vueltas en un universo paralelo que, cuando menos lo esperamos, puede irrumpir en nuestro mundo.

Libros publicados: Nuestros días mortales (1958), Contemporáneos del mundo(1962), Las condicones de la época (1967), Señales de un causa personal (1977), Principios de incertidumbre (1980), Violín obligado (1984), Cabeza final (1991), textos reunidos en su Obra poética (2000), con el valioso agregado de un nuevo libro hasta entonces inédito: Apuestas en lo oscuro y, el libro póstumo editado por Ediciones del Dock Un arte callado (2008).


TABLA RASA


II

Como una trama que se teje y desteje,
entre agujas, es el poema. Allí crece
y se aburre y en un punto decae.
Entonces vuelta, hilo con hilo, nudo,
choque de agujas para mangas desiguales,
largos desparejos.

El poema no quiere ajustarse al cuerpo,
repetirlo, calcar; el poema quiere
coser y entrelazar insomne, disonante,
el mundo. Y yo.



III

En su preciso momento el recuerdo decae;
muere el recuerdo más pleno y declina
el hábito, la comodidad de nombrar,
si se puede, algo.
Con los brazos bajos y los ojos sordos
un pez inaugura en el agua del pensamiento
una memoria aturdida, un recuerdo falso
que se escribe.




En la ventana

Los patos, al amanecer, se van. En vuelo
despiden el agua, la escarcha, el musgo.
Los patos son como peces tranquilos
que no creen en el anzuelo; son patos,
solos, y sólo saben de la escopeta que mira;

por eso vuelan hacia ninguna parte, por eso
golpean, como a una puerta, el aire.



Tabla rasa
Jorge García Sabal
Ediciones del Dock, 1991.
Premio de poesía 120 aniversario La Nación 1990.



Jorge García Sabal (1948 - 1996) Poeta argentino. Publicó: El Fuego de las aguas, 1979 (Premio Fondo Nacional de las Artes, 1978); Figura de baile, 1981; Mitad de la vida, 1983 (Primer premio Certamen de Poesía “Miguel Hernández”,1982); Lugares propios, 1987; Tabla Rasa, 1991 (Premio “La Nación”, 1990); Satura. 1994; Antología Poética, 1996.

"La palabra de Jorge García Sabal participa con valiosos rasgos personales del supremo trabajo de la poesía para obtener un orden feliz de la apariencia, es decir, de la opacidad del mundo..."
"...Esta respiración tenue del verso, sin embargo, es capaz no sólo de vehiculizar los diversos gestos de un pensar apasionado sino también de revelar lo terrible. El mundo es descubierto en sus realidades esenciales, en sus sustancia drámatica. He aquí, pues, una hazaña artística que consiste en crear imágenes sin explicar la idea específica, nombrando, envolviendo y a la vez develando las cosas sin comentarlas".
Joaquín O. Giannuzzi

Tomado del prólogo de Tabla Rasa

Ilustración: Leopoldo Novoa