Paulina Vinderman, (Buenos Aires, 1944). Poeta, traductora, una de las voces poéticas más lúcida y reconocida de la poesía argentina contemporánea. Recientemente, ganadora del premio Alfonsina Storni, que cada diez años concede la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires a la trayectoria de un/a poeta. Irma Verolín, integrante del jurado, en la nota "La construcción del espacio y el imaginario argentino en la poesía de Paulina Vinderman" publicada en la revista digital, Mediaisla, reflexiona: "La imagen en la poesía de Paulina Vinderman opera por saturación de significación, es no solo un abarrotamiento del sentido, son poemas en los que la belleza parece estallar".
Si tuviera que hablar, específicamente, de la pluma de Paulina Vinderman no sabría si decir pluma o pincel o vara de encantamiento, porque muchos de sus poemas son magistrales pinturas, además música, además como ella misma dice “un lenguaje encantado para un mundo desencantado”.
Quizá su condición de viajera Incansable, recorriendo el continente desde la Patagonia hasta México; del otro lado del océano, desde Europa hasta Finlandia, le fue ampliando la respiración hasta hacerla decir “creo que, en el fondo, escribo un poema largo, un único poema” e ir adentrándose en un tono más existencial en sus libros más recientes, pero siempre con esa maravillosa cercanía de la que hablaba Borges, característica lograda desde su primer libro, editado en plena dictadura cívico-militar (1976-1983). Celebrado por poetas de reconocido prestigio como Edgar Bayley, Raúl Gustavo Aguirre, Antonio Requeni, Joaquín Giannuzzi y con el cual descubrió, “en esa época aciaga, la fuerza de la palabra, su capacidad de subrayar lo esencial, su poder (ese al que tanto temen los tiranos), su agua de resistencia”, como lo expresa en una entrevista que le realizó Augusto Munaro, con el título de “La Poesía, un Juego Mayor”.
Su solidez
lírica acuña una voz personal y diáfana desde el comienzo de su obra que fue
sumando estructuras más complejas y, en sus libros más recientes, un sobrio
interés por la trascendencia metafísica, un afianzamiento del “rasgo pictórico
de sus poemas”, como señala Nicolás Igolnikov en su reseña, “Tocar el cielo
oscuro", Obra reunida de Paulina Vinderman“
“Su poesía
lleva consigo el peso –el dolor y la furia- de la existencia” señala Maria
Malusardi en el prólogo de su obra reunida, “Tocar el cielo oscuro” y, en ella
encontramos memoria, desolación, desplazamientos, tristeza, objetos nimios como
tazas de té, soledad, trenes, habitaciones de hoteles, bares, epístolas, sueño,
pinturas, una novela que no llega a ser, exploración del quehacer poético y un
consecuente reconocimiento de la imposibilidad, sustancia con la que consigue hacer visible “esa luz de otro
mundo”, de la que habla en su poema dedicado a Caravaggio, “a ese interrogante
que arde más que si fuera una revelación”.
En la última
parte del libro, como un tesoro escondido: “Cartas del búho", inédito hasta esta
edición de sus 14 títulos reunidos por Alción Editora.
En Cartas
del búho, Paulina Vinderman redobla la apuesta, y construye centros de
interrelación con Holan, con Yeats, con Brodsky, con Rilke… ”. Lo luminoso y lo
oscuro conviven en una poesía que se abre y se descubre a sí misma, “como las
raras estrellas / mudas de tanto hablar sin que entendamos su código”,
imantadas de verdad de la que habla Tagore “cuando veo la belleza siento la
verdad”. Su poesía no busca ser hermosa, “la belleza anda por ahí como el polvo
sobre los muebles”, con la potencialidad de su lenguaje poético, de “su
caligrafía de bengalas puntillosas”.
“No quiere
que sea el búho el que edifique / lo quiere lejos para amarlo más”. “Y viaja
hacia la música”.
Poemas de "Tocar el cielo oscuro / Cartas del búho".
Encontré una
tienda de pájaros y pianos.
En un país cálido y pobre que latía
como un corazón separado de su cuerpo.
Te escribí, sobre una partitura, unas líneas
que se fundían con lo siempre vivo.
¿Era poesía?
No lo sé.
Era una alegría lastimada.
Las patitas de mis letras semejaban flores
de hielo en ese verano sin verano.
“Cantan las aves del paraíso aunque no tengan
ninguna rama donde posarse.”
Una prisión arbolada no es una prisión.
Mi raíz se ufana al hermanarse
y puedo esperarte cuando la noche vuele
hacia la noche.
La ciudad sube al invierno con la lentitud
de un caracol.
Que el mundo se detenga para escribir.
¿Es eso?
“¿Me reconoces aire, lleno de los lugares*
que una vez fueron míos?”
Tu destino es amar sin saber, tu destino
es morir sin saber.
*¿Me reconoces aire….? Rainer María Rilke
Paulina Vinderman ha colaborado con
artículos y reseñas literarias en medios nacionales e Hispanoaméricanos,
entre ellos La Nación, La Prensa, Clarín, Babel, "Diario de Poesía" o
"Intramuros". Publicó en Feminaria, una revista de teoría feminista
que se publicó desde 1988 hasta 2008. Entre los hispanoamericanos se cuentan El
Espectador (Colombia), Hora de Poesía (España), Babel (Venezuela) o Hispamérica
(USA), entre otras.
Premios Recibidos:
Alfonsina Storni, de la Legislatura de la Ciudad de Buenos Aires (2019), Primer
Premio Municipal Ciudad de Buenos Aires (bienio 2002-2003), Premio Literario de
la Academia Argentina de Letras, género Poesía, 2004-2006 a trayectoria y
"Hospital de veteranos", Premio Citta' di Cremona 2006 al conjunto de
su obra, Premio Anillo del Arte a mujeres notables 2006, Premio Letras de Oro
2002 a escritor destacado, de la Fundación Honorarte, Premios Fondo Nacional de
las Artes 2002 y 2005, Premio Nacional Regional de la Secretaría de Cultura de
la Nación (cuatrienio 93-96), Tercero y Segundo Premio Municipal Ciudad de
Buenos Aires (bienios 88-89 y 98-99 respectivamente)
Libros publicados: Tocar el cielo oscuro - Obra reunida
(Alción Editora, 2020); Cuaderno de dibujo (Alción Editora, 2017); Ciruelo
(Alción Editora, 2014); La epigrafista (Hilos Editora, 2012); Bote negro (Vaso
Roto Ediciones, España - México, 2010); Los gansos salvajes (Antología,
Universidad Autónoma de Nuevo León, Posdata Ediciones, México, 2010); Bote
negro (Alción Editora, 2010); El vino del atardecer (El suri porfiado, 2008);
Hospital de veteranos (Alción Editora, 2006); Transparencias (Antología
poética, Arquitrave Ediciones, Bogotá, Colombia, 2005); Cónsul honoraria,
antología personal (Summa poética, ed. Vinciguerra, 2003); El muelle (Alción
Editora, 2003); Bulgaria (Libros de Alejandría, 1998); Escalera de incendio
(ed. Último Reino, 1994); Rojo junio (Literatura Americana Reunida, 1988); La
balada de Cordelia (Fundación Argentina para la poesía, 1984); La mirada de los
héroes (ed. Botella al Mar, 1982); La otra ciudad (ed. Botella al Mar, 1980);
Los espejos y los puentes (ed. Buenos Aires Sur, 1978).